Entre los céfiros mis labios sueltos
y en cada nube un punto de tu ser,
yo siempre atrapando tu silueta
en los néctares y en las eternidades.
Tu siempre esperando las mareas,
lánguidas en sus módulos de luna,
desiertas de huellas y sílices.
Tiempos y estrellas heredarás
de mis pausas y de mis saltos,
una muralla para tu sombra,
un beso para tu alma
y un eslabón para delirar.
Leo F Zambrano
lunes, 24 de marzo de 2008
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