Mis labios saben a otoño,
y se ha desnudado su caos
sobre trechos violetas
para hallarte cayendo,
en nimbos y en mares
como sol que une al fango
en dichos y en piezas de llanto.
Eres del silencio virtud
y del garfio una sombra
una cartilla de hálitos
en el camino de lunas,
ahora la huella del secreto...
...la otra voz del occidente
en el sendero del tiempo.
Sólo hoy, en un verso a tus ojos;
Tú, la marca nívea de eternidades.
Leo F Zambrano
viernes, 9 de noviembre de 2007
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