martes, 9 de junio de 2009

Arrullos inefables

Me hechiza evocar tus labios, tu piel,
las gamas de la aurora en tus ojos,
esas noches en que sublimases sobre mi
tu demencia y tus momentos de utopías.
Tu imagen me acosa en estas paredes
me encadena a fuegos y a recuerdos,
a un proceder que me consume por tocarte
por desnudar el mar que llevas en tu cuerpo
por desnudar la perla viva que tanto ocultas.
Te necesito en esta distancia de lunas
para que llenes de avidez mis sueños,
llenes mi alma con tu lúbrica presencia.
Si pudiera tocar tus angustias en el ocaso
cerca de una liana y abrigar un día más
para ser la sombra de este marco sin dioses
para con deseo embelesar tus huellas.
Dime si habrá hoy flor que te toque
para cultivarla en mi pecho,
dime si habrán espinas que lleguen
más allá de tu aliento.



Leo F Zambrano