sábado, 15 de agosto de 2009

Mis pesadillas

Cuando en la cosecha se nace disímil,
no existe el momento de la gravedad,
caemos por su fuerza en el lápiz
tildando las ranuras del epítome.

No hay delta que nos desnude
aún en mil bahías de caracolas,
o en dos espontáneos oteros.

No quiero soltar tu voz porque duele,
tus dedos se afianzan más a los míos
y sigues doliéndome siempre aquí…
Liarás tu muerte a mi esencia.
Hemos perdido nuestra estirpe
y en esta ironía hasta sus silencios,
sus huellas,
destino
tan de tierras sin tumbas
que nos tilda de duendes.



Leo F Zambrano

martes, 9 de junio de 2009

Arrullos inefables

Me hechiza evocar tus labios, tu piel,
las gamas de la aurora en tus ojos,
esas noches en que sublimases sobre mi
tu demencia y tus momentos de utopías.
Tu imagen me acosa en estas paredes
me encadena a fuegos y a recuerdos,
a un proceder que me consume por tocarte
por desnudar el mar que llevas en tu cuerpo
por desnudar la perla viva que tanto ocultas.
Te necesito en esta distancia de lunas
para que llenes de avidez mis sueños,
llenes mi alma con tu lúbrica presencia.
Si pudiera tocar tus angustias en el ocaso
cerca de una liana y abrigar un día más
para ser la sombra de este marco sin dioses
para con deseo embelesar tus huellas.
Dime si habrá hoy flor que te toque
para cultivarla en mi pecho,
dime si habrán espinas que lleguen
más allá de tu aliento.



Leo F Zambrano

domingo, 15 de marzo de 2009

Un mensaje

Lloro sobre la sombra del árbol
entre los versos de tus huellas
y me dueles por estar lejana
en este deshoje de tiempos,
que de óleos con índole viajero
dan aire para llenar tu alma,
de otoños y de arreglos de seda.
En estos destierros de tristezas
y ambiguo en las migajas del sol
con nombre de alondras blancas
te doy una caricia de gnosis
para poner un paisaje en tus ojos
una gota con raíces nuevas
y un paraíso de ofrendas.

Leo Zambrano